Cuántras veces hemos tenido en el aula niños inquietos, muy inquietos, con problemas para socializar y establecer buenos vínculos con sus pares. Con que irresponsabilidad, nosotros los docentes, los rotulamos "hiperactivos". Lógicamente después de tantos llamados de atención la respuesta del padre no se hace esperar, el niño comienza su recorrido por los consultorios: pediatra, sicólogo, siquiatra y culmina, para la tranquilidad de padres, maestros y demás, en la Ritalina.
En muchos casos los padres dejan las pastillas en la escuela para que el docente se las de al niño, "por si acaso", o por si se olvida de tomarlas antes de salir. Qué ridículo no? Cuándo un alumno se queja de un simple dolor llamamos inmediatamente a los padres porque no estamos autorizados a medicarlo con una simple aspirina, "primero nuestra responsabilidad civil", pero en ocasiones como estas ponemos en su mano una droga que como toda droga produce adicción y en algunos casos la muerte. ¿Aquí no hay ninguna responsabilidad? ¿De qué nos estamos haciendo cómplices? ¿De quienes?
Los videos que a continuación se publican nos acercan medianamente al conocimiento de este tema y los testimonios de los niños y jovenes que usan ritalina nos harán reflexionar .
Lo más preocupante es que no todos los niños inquietos y con problemas de conducta sufren este trastorno, por eso es importante que investiguemos más sobre el tema para no seguir cometiendo errores.
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