viernes, 17 de julio de 2009
¿OXIDARSE O RESISTIR?
El fragmento que a continuación se lee, pertenece a La resistencia de Ernesto Sabato, hace mención al ritmo de vida en las grandes ciudades y al riesgo que vive el hombre de ser aniquilado en su humanidad por el vértigo y la urgencia.
Esto me recuerda un tema musical y el relato de un adolescente.
...El clima de Buenos Aires ha cambiado. En las calles hombres y mujeres apresurados avanzan sin mirarse,pendientes de cumplir con horarios que hacen peligrar su humanidad.
(...) Ya nada anda a paso de hombre,¿acaso quién de nosotros camina lentamente?
Pero el vértigo no está solo afuera, lo hemos asimilado a la mente que no para de emitir imágenes como si ella también hiciese zaping; y quizá, la aceleración haya llegado al corazón, que ya late en clave de urgencia para que todo pase rápido y no permanezca...
DESPUES DE LAS CUATRO
¡Hola Lucas! ¿Cómo estás?...... ¡bien...flayando copado!
…Todo empezó cuando me levanté hoy muy temprano pensando principalmente en ir a la facultad de arquitectura y urbanismo señores, algo que había decidido la noche de ayer, por lo cual sincronicé las agujas para las ocho. En realidad no fue una cuestión de decisión sino de obligación o meta que habitualmente el loco se propone, para el día de mañana ser "una mejor persona, realizada, ejemplo de la sociedad".
A pesar de la actividad o deber de hoy, y del peso que me he puesto, o me han puesto encima, solamente dormí unas horas ya que me acosté a las cuatro después de ver algunas cosas en Internet. Cosas que no sirven para nada más que para reírse de lo absurdo, y consumir un poco más de lo que también consumimos en la calle, pero esta vez en casa… más tranquilo, nutriéndome mejor, más natural, esperando algo inesperado sin duda. ¡Quién sabe qué!, para ir a dormir y empezar un nuevo día, aunque... ya lo había empezado…
Pero cuando uno no maneja los tiempos y no puede afrontar que las horas pasan unas tras otras sin esperar a que reaccionemos, ocurren esos sucesos sorprendentes y miserables... Entonces…sonó el despertador, es decir, "mi celular". Maldita globalización, me dije, ¡me están observando! En ese momento pareciera haberme olvidado de mis ideales y mi cabeza no guardaba ni una idea sobre todo el relato de conciencia asumido horas atrás antes de ver toda la estupidez posible.
Aturdido por la pereza mañanera de todos los días intentaba retroceder el tiempo, pararlo, dormir unos minutos más y escuchar la alarma por segunda, tercera y cuarta vez.
¡¡Ah!! cómo olvidarme del documental de Luca Prodán que encontré en "Cine Gratis”, gran oportunidad del loco de entender un poco más sobre la historia del rock nacional.......un momento frustrante para mi, pero no para los que manejan este sistema, ellos sacaron provecho de mi inocencia ya que el documental, según el reloj que se encontraba debajo del reproductor establecía que la historia del mismísimo Luca Prodán estaría contenido en un resumen de 2 horas........pero solamente mire una hora de la gran trayectoria de este personaje, ni siquiera conocí como se formo su glamorosa banda “Sumo ". Inexplicablemente se corto el reproductor, lo que determinó el fin de mi estadía en este gran espacio público dándose lo incalculado e increíble. Muy enojado con no se quién en realidad, quizás con todos los que se esconden detrás del cartel "cine gratis" , o con la mamá de Luca por no haberlo parido unos años después así, tal vez, tener la oportunidad de conocerlo y no perder mi tiempo viendo un video, resolví acostarme en mi "colchón sin cama", y volver a empezar.
Seguramente, si existiese un libro, diccionario o legajo que contenga las miles de cosas entupidas que se pueden hacer cotidianamente antes de las 8 de la mañana... o después, las personas que suelen querer manejar el tiempo "a fuerza de sueño" antes de partir hacia su trabajo o actividad de todos los días, no necesitarían leerlo. Estas personas gozan de un temperamento y despliegue intelectual que les ayuda a sobrepasarse de conocimientos de carácter estúpido y plasmarlo en la práctica de manera muy eficiente.
Afortunadamente, abandoné la idea de controlar el tiempo a las 8 y 30, en la gran ciudad.....media hora es un pedazo grande de la semana. Pero no pensé en eso, siempre muy tranquilo y distendido sin preocupaciones fui a calentar el agua para tomar uno o dos mates nada más y enseguida al baño a mojarme la cara.
Me vestí, apronté la cartuchera y antes de que pasen 3 minutos volví a la cocina por el agua......que ya había hervido. Entonces pensé que tenia una nueva oportunidad y encendí la hornalla de la revancha....pero mi estado de pacifismo y serenidad seguían perdurando, solo habían pasado unos minutos desde que me había levantado.
Pensando en el medio día saqué un pedazo de carne para descongelar, me dirigí hacia el baño, y esta vez, para cometer mi segundo acto de estupidez después de las 8: cortarme el bigote con la tijera, una tarea que no planifico generalmente y la hago cuando se me antoja.
Porque una cosa es tener bigote con novia, y otra es tener bigote y ser un tiro al aire, si no pinchas a nadie te cortas el bigote cuando querés, a la hora que sea, y si no en definitiva te lo dejas, y logras diferentes combinaciones...chicle de menta con bigote, fideos con mucho aceite y bigote, olor a cigarrillo y bigote, etc... Pero sin pelos en la lengua.
Entre tanto, seguían pasando los minutos, la tijera no era buena aunque efectiva, lo suficiente para relajarme aún más y entonar con un silbido inconsciente la canción "regtes", por cierto, es el único tema que mostraron anoche los enmascarados.
Ya habían pasado otros 3 y el acto de estupidez que estaba realizando, ahora era acompañado también por el silbido de la pava. Parecía que las cosas no estaban en dialogo, mí desayuno se consumió en un recorte de bigote después de una intensa carrera contra el tiempo.
Nunca estuve tranquilo y despreocupado, menos relajado, fue toda una ironía, vos y ellos me conocen muy bien, ¿a quién quiero engañar? Es así, tarde o temprano el tiempo resuelve tocarte el ojo.
Fueron las 4, fueron las 8, 8y5, 8y10, 8y30...tarde… muy tarde, malogrado, baqueteado, con el estomago vacío, baje del 6tº al 1rº y empecé a caminar... ¡Qué distinta que es la escenografía afuera de mi casa pensé, siempre lo pienso, es un tema que comento mucho y que a pesar de que ya van 6 años acá, me sigue sorprendiendo cada vez más, a tal punto que la sorpresa ya no me engaña y catalogo las cosas que veo de una manera diferente, poco minuciosa tal vez, capaces de "soltar la cadena" millones de cosas en tu cabeza, millones de tareas que hacer durante el día, preocupaciones, facultad, casa, comida, amigos, etc.. se te rompe el corazón muchas veces cuando ves a un nene pidiendo o durmiendo en la calle
.De repente venís caminando con un mambo de aquellos o solamente distraído, da igual, y como si apareciera de las tinieblas una voz misteriosa que no sabes todavía de donde viene, hasta que miras un hueco pasando la línea municipal, sobre un escalón, para darte cuenta que una señora con un aspecto difícil de describir te dice ¿"no tiene una monedita?".
También están los más rápidos y apurados del mundo, que te tocan bocina porque piensan que si lo hacen van a llegar mas temprano a su destino además de dejar demostrado que tienen mas derecho que vos en la vía publica.
En una menor escala están aquellos seres humanos que viven en el mismo edificio que uno o en el de un amigo y suelen exhibirse como figuras supremas, generalmente eso es lo que demuestran cuando compartís un viaje en ascensor o en menor contacto cuando tranzas con ellos en la puerta de entrada, con el portero barriendo como gran espectador la cagada de un perro afeminado, muy conocido y súper poderoso, sin dudas igual al dueño.
Si antes sabia apreciar y valorar cada una de esas cositas, ahora y desde hace rato no me sale, no puedo lograrlo, menos aun cuando la respuesta que esperabas o percibías es remplazada por una mirada poco demostrativa que parece sobrepasarte. Me hacen acordar a los señores de la elite en las antiguas sociedades tradicionales del siglo XX, donde la vivienda representaba claramente una pirámide de rangos. En los pisos más altos vivían aquellas familias que tenían un porcentaje de poder mayor y gozaban de privilegios que ni las familias burguesas de los pisos centrales ni mucho menos los más populares y más pobres en los de abajo podían acceder.
Mi caminata hacia la facultad me introdujo en un momento de reflexión muy importante, esto es muy común para mi, el hecho de tener que realizar determinados caminos en un determinado periodo de tiempo de manera individual, donde el ojo puede ir captando casi todo lo que pasa y la razón procesando aun más de lo que ve, juntando, comparando, mezclando, y volviendo a comparar, bien ,mal o más o menos.......y luego pensar en otra cosa como el “master plan” y caminar diseñando....pero parece imposible porque mi inconsciente recordó en el difícil cruce de la plaza la melodía de "regtes" nuevamente.
Solamente me separaban tres cuadras de mi casa y la mañana del 23 parecía reflejar el contexto de una novela dramática, pero en realidad es el epílogo de una historia verdadera, armada en mis pensamientos.
Finalmente después de caminar por 35 minutos "haciéndome la cabeza" evidenciando muy gustoso el retoque de mi bigotote y cantando por dentro el regge de Luca llegué a "47 al fondo", tarde… muy tarde, era de suponer, pero no lo quería admitir en el camino, preferí ir copado con una canción en mente y que pasara lo que sea.
Me perdí la mitad de la primera clase teórica de la mañana que comenzó a las 8y45, no tenía un lugar favorable para entender el tema que trataban, me nublé por completo y todo derivó en pensar cosas que no correspondían por la hora, por el lugar y por la multitud que me acompañaba, incoherencias.
Era de día y pensaba en la noche, era jueves y ansiaba el viernes o sábado. Desde el aula 8 donde estaba se veía el nuevo buffet, un cartel distintivo anunciaba "el café" pero mis ganas de tomar una cerveza en otra sintonía con un amigo postergaron mis ganas de encontrar una moneda y disfrutar cualquier promoción.
La teórica daba por finalizada, salí al patio para fumar un cigarrillo, me acordé de pulga y le escribí un mensaje que decía "levantate chancho negro", necesitaba desahogarme con un amigo.
Este tipo de comunicación con las personas que conozco es una costumbre que siempre practico, a veces demasiado, por lo que en muchas ocasiones no tengo crédito, casi nunca, y si no, lo gasto compulsivamente sin consideración, como en estos últimos siete días. Próximamente empezaría la segunda teoría de urbanismo, esta vez no puedo perdérmela.
Lo que siguió después yo no se realmente por que sucedió, quizás las anomalías me persiguen, y son de acontecer particularmente a mi alrededor... ¿puede tener relación con el mensaje que escribí para mi amigo? no lo se, pero entonces ocurrieron dos situaciones muy estúpidas a mi juicio.
Existen dos clases de estupidez: por un lado la que refiere a aquellas personas con ciertas desventajas y características físicas anormales y por otro lado la estupidez parodiada que se traduce en el humor y la burla. Recuerdo que hace dos años una persona vino hacia mí para pedirme fuego....
_ Discúlpame, ¿tenés fuego?
_ ¡Si como no!
A lo que el respondió muy respetuoso....
_ ¡Gracias!
Sentí la necesidad de responder nuevamente, ser tan respetuoso como él o más aún, y entonces, queriendo equiparar la situación me dirigí de esta manera
- No… !Gracias a vos! - le contesté-
¡El remate de la estupidez!, pero gracioso.
Hoy en el patio de la facultad pasó casi lo mismo, la diferencia en esta ocasión estuvo en la forma de hablar, los movimientos y gestos que manipularon mi persona hasta discriminarlo y diferenciarlo de la gente común. El respeto y la cordialidad no prevalecieron nunca en el contacto con este "pibe". ¿Grosero? ¿O sin calle? Quizás loco.... ¿tenés encendedor? me preguntó, ¿encendedor estás pidiéndome? me dije, tengo el cigarro con la mecha prendida y el encendedor está en el bolso. ¿Por qué no me pedís fuego mejor? (pensaba entre dientes) y toda su actuación, la manera de mirarme y la forma en que se plantó me decían que no iba a prender su cigarrillo hasta que yo no saque el big una vez más para su uso exclusivo.
Cuando le di el cigarrillo para que prendiera el suyo, parecía no entender lo que estaba pasando, desilusionado no tuvo otra opción que aceptarlo y posteriormente sin decir gracias huir apabullado, como una "mamita,” “un pancho”, un estúpido que merece ser "recitado".
Perdón....me detuve mucho en este recreo, hay momentos donde la ira me nublan un poco y me olvido de las cosas que realmente son relevantes para mi, como por ejemplo recibir una contestación de chancho negro y sentirme acompañado.
No quiero dejar de hacer mención al último eslabón de esta cadena de estupideces. Como una figurita repetida o el final de un súper clásico donde la historia se vuelve a repetir, volví a mi casa, mirando, oliendo, escuchando las cosas de siempre, las que están en la ciudad grande, las que tu familia no conoce, que te hacen pensar en cosas buenas y malas, especulando el por que de esto, por que son así, por que falta tanto. entendiendo lo inentendible, mezclando, armando y rompiendo todo el trayecto, flayando tan solo con observar a una chica caminar, calzando su mochila adelante en vez de atrás, diferenciándose del mundo de estudiantes que venían a la par, con un nivel de extravagancia que ni siquiera Facundo Pastor podría caracterizarla y asociarla a una tribu urbana actual ,o del pasado.
De repente me vino la idea de poder contar todo esto que estuve respirando, desde que me acosté y no pude lograr ver "el documental prohibido" pero no tenia crédito para expresarme completamente, los últimos dos los use para contactar a mi amigo.
Cruce la plaza, pensé, pensé, pensé....muchísimo.
Después de meter la carne en el horno, determine que tenía que contárselo a alguien, por lo tanto casi como una especie de meta, me propuse escribirlo desmesuradamente.
LUK'AS
El fragmento que a continuación se lee, pertenece a La resistencia de Ernesto Sabato, hace mención al ritmo de vida en las grandes ciudades y al riesgo que vive el hombre de ser aniquilado en su humanidad por el vértigo y la urgencia.
Esto me recuerda un tema musical y el relato de un adolescente.
...El clima de Buenos Aires ha cambiado. En las calles hombres y mujeres apresurados avanzan sin mirarse,pendientes de cumplir con horarios que hacen peligrar su humanidad.
(...) Ya nada anda a paso de hombre,¿acaso quién de nosotros camina lentamente?
Pero el vértigo no está solo afuera, lo hemos asimilado a la mente que no para de emitir imágenes como si ella también hiciese zaping; y quizá, la aceleración haya llegado al corazón, que ya late en clave de urgencia para que todo pase rápido y no permanezca...
DESPUES DE LAS CUATRO
¡Hola Lucas! ¿Cómo estás?...... ¡bien...flayando copado!
…Todo empezó cuando me levanté hoy muy temprano pensando principalmente en ir a la facultad de arquitectura y urbanismo señores, algo que había decidido la noche de ayer, por lo cual sincronicé las agujas para las ocho. En realidad no fue una cuestión de decisión sino de obligación o meta que habitualmente el loco se propone, para el día de mañana ser "una mejor persona, realizada, ejemplo de la sociedad".
A pesar de la actividad o deber de hoy, y del peso que me he puesto, o me han puesto encima, solamente dormí unas horas ya que me acosté a las cuatro después de ver algunas cosas en Internet. Cosas que no sirven para nada más que para reírse de lo absurdo, y consumir un poco más de lo que también consumimos en la calle, pero esta vez en casa… más tranquilo, nutriéndome mejor, más natural, esperando algo inesperado sin duda. ¡Quién sabe qué!, para ir a dormir y empezar un nuevo día, aunque... ya lo había empezado…
Pero cuando uno no maneja los tiempos y no puede afrontar que las horas pasan unas tras otras sin esperar a que reaccionemos, ocurren esos sucesos sorprendentes y miserables... Entonces…sonó el despertador, es decir, "mi celular". Maldita globalización, me dije, ¡me están observando! En ese momento pareciera haberme olvidado de mis ideales y mi cabeza no guardaba ni una idea sobre todo el relato de conciencia asumido horas atrás antes de ver toda la estupidez posible.
Aturdido por la pereza mañanera de todos los días intentaba retroceder el tiempo, pararlo, dormir unos minutos más y escuchar la alarma por segunda, tercera y cuarta vez.
¡¡Ah!! cómo olvidarme del documental de Luca Prodán que encontré en "Cine Gratis”, gran oportunidad del loco de entender un poco más sobre la historia del rock nacional.......un momento frustrante para mi, pero no para los que manejan este sistema, ellos sacaron provecho de mi inocencia ya que el documental, según el reloj que se encontraba debajo del reproductor establecía que la historia del mismísimo Luca Prodán estaría contenido en un resumen de 2 horas........pero solamente mire una hora de la gran trayectoria de este personaje, ni siquiera conocí como se formo su glamorosa banda “Sumo ". Inexplicablemente se corto el reproductor, lo que determinó el fin de mi estadía en este gran espacio público dándose lo incalculado e increíble. Muy enojado con no se quién en realidad, quizás con todos los que se esconden detrás del cartel "cine gratis" , o con la mamá de Luca por no haberlo parido unos años después así, tal vez, tener la oportunidad de conocerlo y no perder mi tiempo viendo un video, resolví acostarme en mi "colchón sin cama", y volver a empezar.
Seguramente, si existiese un libro, diccionario o legajo que contenga las miles de cosas entupidas que se pueden hacer cotidianamente antes de las 8 de la mañana... o después, las personas que suelen querer manejar el tiempo "a fuerza de sueño" antes de partir hacia su trabajo o actividad de todos los días, no necesitarían leerlo. Estas personas gozan de un temperamento y despliegue intelectual que les ayuda a sobrepasarse de conocimientos de carácter estúpido y plasmarlo en la práctica de manera muy eficiente.
Afortunadamente, abandoné la idea de controlar el tiempo a las 8 y 30, en la gran ciudad.....media hora es un pedazo grande de la semana. Pero no pensé en eso, siempre muy tranquilo y distendido sin preocupaciones fui a calentar el agua para tomar uno o dos mates nada más y enseguida al baño a mojarme la cara.
Me vestí, apronté la cartuchera y antes de que pasen 3 minutos volví a la cocina por el agua......que ya había hervido. Entonces pensé que tenia una nueva oportunidad y encendí la hornalla de la revancha....pero mi estado de pacifismo y serenidad seguían perdurando, solo habían pasado unos minutos desde que me había levantado.
Pensando en el medio día saqué un pedazo de carne para descongelar, me dirigí hacia el baño, y esta vez, para cometer mi segundo acto de estupidez después de las 8: cortarme el bigote con la tijera, una tarea que no planifico generalmente y la hago cuando se me antoja.
Porque una cosa es tener bigote con novia, y otra es tener bigote y ser un tiro al aire, si no pinchas a nadie te cortas el bigote cuando querés, a la hora que sea, y si no en definitiva te lo dejas, y logras diferentes combinaciones...chicle de menta con bigote, fideos con mucho aceite y bigote, olor a cigarrillo y bigote, etc... Pero sin pelos en la lengua.
Entre tanto, seguían pasando los minutos, la tijera no era buena aunque efectiva, lo suficiente para relajarme aún más y entonar con un silbido inconsciente la canción "regtes", por cierto, es el único tema que mostraron anoche los enmascarados.
Ya habían pasado otros 3 y el acto de estupidez que estaba realizando, ahora era acompañado también por el silbido de la pava. Parecía que las cosas no estaban en dialogo, mí desayuno se consumió en un recorte de bigote después de una intensa carrera contra el tiempo.
Nunca estuve tranquilo y despreocupado, menos relajado, fue toda una ironía, vos y ellos me conocen muy bien, ¿a quién quiero engañar? Es así, tarde o temprano el tiempo resuelve tocarte el ojo.
Fueron las 4, fueron las 8, 8y5, 8y10, 8y30...tarde… muy tarde, malogrado, baqueteado, con el estomago vacío, baje del 6tº al 1rº y empecé a caminar... ¡Qué distinta que es la escenografía afuera de mi casa pensé, siempre lo pienso, es un tema que comento mucho y que a pesar de que ya van 6 años acá, me sigue sorprendiendo cada vez más, a tal punto que la sorpresa ya no me engaña y catalogo las cosas que veo de una manera diferente, poco minuciosa tal vez, capaces de "soltar la cadena" millones de cosas en tu cabeza, millones de tareas que hacer durante el día, preocupaciones, facultad, casa, comida, amigos, etc.. se te rompe el corazón muchas veces cuando ves a un nene pidiendo o durmiendo en la calle
.De repente venís caminando con un mambo de aquellos o solamente distraído, da igual, y como si apareciera de las tinieblas una voz misteriosa que no sabes todavía de donde viene, hasta que miras un hueco pasando la línea municipal, sobre un escalón, para darte cuenta que una señora con un aspecto difícil de describir te dice ¿"no tiene una monedita?".
También están los más rápidos y apurados del mundo, que te tocan bocina porque piensan que si lo hacen van a llegar mas temprano a su destino además de dejar demostrado que tienen mas derecho que vos en la vía publica.
En una menor escala están aquellos seres humanos que viven en el mismo edificio que uno o en el de un amigo y suelen exhibirse como figuras supremas, generalmente eso es lo que demuestran cuando compartís un viaje en ascensor o en menor contacto cuando tranzas con ellos en la puerta de entrada, con el portero barriendo como gran espectador la cagada de un perro afeminado, muy conocido y súper poderoso, sin dudas igual al dueño.
Si antes sabia apreciar y valorar cada una de esas cositas, ahora y desde hace rato no me sale, no puedo lograrlo, menos aun cuando la respuesta que esperabas o percibías es remplazada por una mirada poco demostrativa que parece sobrepasarte. Me hacen acordar a los señores de la elite en las antiguas sociedades tradicionales del siglo XX, donde la vivienda representaba claramente una pirámide de rangos. En los pisos más altos vivían aquellas familias que tenían un porcentaje de poder mayor y gozaban de privilegios que ni las familias burguesas de los pisos centrales ni mucho menos los más populares y más pobres en los de abajo podían acceder.
Mi caminata hacia la facultad me introdujo en un momento de reflexión muy importante, esto es muy común para mi, el hecho de tener que realizar determinados caminos en un determinado periodo de tiempo de manera individual, donde el ojo puede ir captando casi todo lo que pasa y la razón procesando aun más de lo que ve, juntando, comparando, mezclando, y volviendo a comparar, bien ,mal o más o menos.......y luego pensar en otra cosa como el “master plan” y caminar diseñando....pero parece imposible porque mi inconsciente recordó en el difícil cruce de la plaza la melodía de "regtes" nuevamente.
Solamente me separaban tres cuadras de mi casa y la mañana del 23 parecía reflejar el contexto de una novela dramática, pero en realidad es el epílogo de una historia verdadera, armada en mis pensamientos.
Finalmente después de caminar por 35 minutos "haciéndome la cabeza" evidenciando muy gustoso el retoque de mi bigotote y cantando por dentro el regge de Luca llegué a "47 al fondo", tarde… muy tarde, era de suponer, pero no lo quería admitir en el camino, preferí ir copado con una canción en mente y que pasara lo que sea.
Me perdí la mitad de la primera clase teórica de la mañana que comenzó a las 8y45, no tenía un lugar favorable para entender el tema que trataban, me nublé por completo y todo derivó en pensar cosas que no correspondían por la hora, por el lugar y por la multitud que me acompañaba, incoherencias.
Era de día y pensaba en la noche, era jueves y ansiaba el viernes o sábado. Desde el aula 8 donde estaba se veía el nuevo buffet, un cartel distintivo anunciaba "el café" pero mis ganas de tomar una cerveza en otra sintonía con un amigo postergaron mis ganas de encontrar una moneda y disfrutar cualquier promoción.
La teórica daba por finalizada, salí al patio para fumar un cigarrillo, me acordé de pulga y le escribí un mensaje que decía "levantate chancho negro", necesitaba desahogarme con un amigo.
Este tipo de comunicación con las personas que conozco es una costumbre que siempre practico, a veces demasiado, por lo que en muchas ocasiones no tengo crédito, casi nunca, y si no, lo gasto compulsivamente sin consideración, como en estos últimos siete días. Próximamente empezaría la segunda teoría de urbanismo, esta vez no puedo perdérmela.
Lo que siguió después yo no se realmente por que sucedió, quizás las anomalías me persiguen, y son de acontecer particularmente a mi alrededor... ¿puede tener relación con el mensaje que escribí para mi amigo? no lo se, pero entonces ocurrieron dos situaciones muy estúpidas a mi juicio.
Existen dos clases de estupidez: por un lado la que refiere a aquellas personas con ciertas desventajas y características físicas anormales y por otro lado la estupidez parodiada que se traduce en el humor y la burla. Recuerdo que hace dos años una persona vino hacia mí para pedirme fuego....
_ Discúlpame, ¿tenés fuego?
_ ¡Si como no!
A lo que el respondió muy respetuoso....
_ ¡Gracias!
Sentí la necesidad de responder nuevamente, ser tan respetuoso como él o más aún, y entonces, queriendo equiparar la situación me dirigí de esta manera
- No… !Gracias a vos! - le contesté-
¡El remate de la estupidez!, pero gracioso.
Hoy en el patio de la facultad pasó casi lo mismo, la diferencia en esta ocasión estuvo en la forma de hablar, los movimientos y gestos que manipularon mi persona hasta discriminarlo y diferenciarlo de la gente común. El respeto y la cordialidad no prevalecieron nunca en el contacto con este "pibe". ¿Grosero? ¿O sin calle? Quizás loco.... ¿tenés encendedor? me preguntó, ¿encendedor estás pidiéndome? me dije, tengo el cigarro con la mecha prendida y el encendedor está en el bolso. ¿Por qué no me pedís fuego mejor? (pensaba entre dientes) y toda su actuación, la manera de mirarme y la forma en que se plantó me decían que no iba a prender su cigarrillo hasta que yo no saque el big una vez más para su uso exclusivo.
Cuando le di el cigarrillo para que prendiera el suyo, parecía no entender lo que estaba pasando, desilusionado no tuvo otra opción que aceptarlo y posteriormente sin decir gracias huir apabullado, como una "mamita,” “un pancho”, un estúpido que merece ser "recitado".
Perdón....me detuve mucho en este recreo, hay momentos donde la ira me nublan un poco y me olvido de las cosas que realmente son relevantes para mi, como por ejemplo recibir una contestación de chancho negro y sentirme acompañado.
No quiero dejar de hacer mención al último eslabón de esta cadena de estupideces. Como una figurita repetida o el final de un súper clásico donde la historia se vuelve a repetir, volví a mi casa, mirando, oliendo, escuchando las cosas de siempre, las que están en la ciudad grande, las que tu familia no conoce, que te hacen pensar en cosas buenas y malas, especulando el por que de esto, por que son así, por que falta tanto. entendiendo lo inentendible, mezclando, armando y rompiendo todo el trayecto, flayando tan solo con observar a una chica caminar, calzando su mochila adelante en vez de atrás, diferenciándose del mundo de estudiantes que venían a la par, con un nivel de extravagancia que ni siquiera Facundo Pastor podría caracterizarla y asociarla a una tribu urbana actual ,o del pasado.
De repente me vino la idea de poder contar todo esto que estuve respirando, desde que me acosté y no pude lograr ver "el documental prohibido" pero no tenia crédito para expresarme completamente, los últimos dos los use para contactar a mi amigo.
Cruce la plaza, pensé, pensé, pensé....muchísimo.
Después de meter la carne en el horno, determine que tenía que contárselo a alguien, por lo tanto casi como una especie de meta, me propuse escribirlo desmesuradamente.
LUK'AS
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